__________________________________________________________________________________Dame lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo - O.W.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Contemporáneo.

Era uno de esos momentos, en el que a Olivia le pareció escuchar el sonido del tren contiguo, tan cerca, junto a su luz, que comenzó a preguntarse sobre el fin.
Pensaba que no le importaba si algo, todo o lo que fuera, terminara. De todas formas, ella había conocido a la felicidad en su forma más pura. Esa que no se puede describir, explicar o transmitir. Es más, ni siquiera sabía como se sentía, pero lograba reconocerla. Conocía muy bien los motivos, y claramente ese, tenía nombre: Camilo.
Era ese con el cual su cabeza viajaba en el tiempo y el espacio, imaginándose miles de situaciones a lo largo de su vida. Millones de posibles felicidades. Es que él, había corrompido en su vida, la había cambiado por completo desde aquella vez que se cruzaron en el parque. Consideraba que desde aquel día, había comenzado un período insuperable, en el cual no le estaba permitido pedir más, porque eso que él le brindaba, era mucho más de lo que se imaginaba posible.
Todos a su alrededor lo notaban, y se alegraban por ella y su cambio. Todo era color, sorpresas, voces y caras que cambiaban con el simple hecho de poder relacionar algo. Había cambiado su forma de percibir la vida, y su manera de ser. Ahora todo se basaba en hacerlo feliz. Si su acometido era cumplido, no había otra cosa mejor.
Él, había cambiado su mundo.

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