No retornable.

De 24, nunca fueron felices. Ni uno. En lugar de formarme, me lanzaban al vacío para desgranarme hasta el polvo, ese mismo que acompañaba mis palabras pisoteadas cubiertas de falsa atención y esfuerzos para darme lo mejor.
A lo único que me ayudabas era a trastabillar, inclusive en la mas oscura y aburrida llanura, donde solo podía correr, correr a toda velocidad sin moverme, sin poder escaparme de los murmullos de aquellas risas que no comprendia, combinada con la lluvia de cristales. Creí que solo era un mal chiste, una pesadilla de cuatro desenlaces infinitamente encadenados que ensordecían mis necesidades. Estaba perdiendome otra vez, y lo poco que me motivaba, se había esfumado porque el mundo real, en el que vivo, todo es demasiado bueno para ser cierto.
Cuando pedi que me acariciaras el pelo y me dejaras viajar en tus brazos, no me contestaste. Te excusaste con dias largos y problemas inventados con pocos fundamentos. Ni siquiera eras bueno para mentir... disfrutabas el teatro al que jugabamos, convenciendonos hasta que el sol se escurría por las cortinas, y cuando me daba cuenta, estaba abrazada a los almohadones perfumados, gritando con toda mi fuerza. Nunca estuve segura de esas palabras, pero tampoco me imaginé que sería tan artificial. Pasen, pasen, el circo de las sensaciones robadas. Un punto al que espero no retornar, sin
tener el rol principal.
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