Gris.

Es una situación crítica. Saber que todos se llenan de humo, transpiran, se alcoholizan, se descontrolan y yo acá... gris. Pijama, computadora y música; Mi receta magistral. Siempre dije que me gustó ser diferente, y no me quejo de eso. Sino de la falta de preocupación. No me siento mal por quedarme tranquila, segura y adelantando cosas, o simplemente quedarme idiotizada leyendo cosas que no debería.
Supongo que también se debe a mi más reciente crisis. Ahora que lo pienso, no entiendo los motivos por los cuales se desencadenó, pero salió a flote y no quiere desinstalarse de mí.
 Qué fue? Qué me sorprendió? Era un ilógico pensamiento el que vivía en tu cabeza que ahora despertó. Y se exteriorizó como hace tiempo no pasaba. Supongo que en algún momento era necesario hacer este duelo, y convencerme que no es posible. No creí que me afectaría tanto, van tres días y sigo fría. Distante con todo aquel que me trata bien e intenta ayudarme. Es algo que está en mi naturaleza y no va a cambiar así como así ni ahora, ni después.
El apego -por supuesto- no desaparece, pero siento un repulsión hacia mi misma por convertirme en lo que soy, que aumenta mucho más al no poder cambiarlo. No me acepto y a eso se debe mi desilusión.*
Al menos pretendo tomar una postura a lo Waldorf, donde lo que más me importa por estos momentos es mi progreso y mi carrera, que recién comienza. No debo perder tiempo, que por cierto no tengo, en otras cosas que me perjudicarían.