__________________________________________________________________________________Dame lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo - O.W.

domingo, 15 de diciembre de 2013

No los dejó.

Estaba lista. Mas que lista, como para cualquier ocasión. Esa pequeña, pero tan interminable espera, había llegado.
El sol se asomó dando una señal, enamorándose de la luna, mezclándose con ella.
Vencían los minutos, y con cada uno de ellos cumpliendo su función estipulada, partía la calma.
Inquietud junto a ansiedad, reinaban en el aire, provocando una electricidad que se percibía desde muy lejos, mientras que una calma totalmente fingida, donde se le fugaban vestigios de desesperación, llegó a su destino.
El ambiente era la compañía que necesitaba: se sentía tan familiar y tranquilo como siempre, con las personas que nunca lo abandonaron. Lleno de cálidos recibimientos, el disfraz de la calma se iba desintegrando, para ser verdadero. Podría sentirse como se inundaba de pertenencia aquel lugar donde tantos hechos fueron propicios para otros tiempos, y por que no algunos nuevos. Tampoco habría inconvenientes en repetirlos.
Desde los intercambios de palabras, apareció la comodidad, esa misma que confirmaba esa pertenencia. Un timbre sonó y unos segundos antes que el sonido los atraviese, logró escucharse un tono bastante conocido y embriagador. Como resistirse a ese burlonamente tierno lenguaje? Podría reconocerlo desde cualquier rincón del universo, y provocaría la misma sonrisa vergonzosa, pero completamente amorosa.
No podía sostenerse la mirada, y el nerviosismo no pertenecía a uno, sino a dos.
No hacía falta una sola palabra, entre las mencionadas días anteriores, y el lenguaje corporal, todo estaba dicho.
Compartieron esa leve incomodidad de no saber como simular todo lo que atravesaban y deseaban sus cuerpos, pero el tiempo no los dejó.
Un aparato, no los dejó.
Tomó por sorpresa que no alcanzara, aunque nada hubiese sido suficiente, y cuando quiso darse cuenta, ya no estaba. Solo la acompañaba una lagrima teñida que caería al suelo, donde estaba sentada. Pero de nada servía, porque el tiempo no los dejó.
La situación no se los permitió.
Era otra escena donde no había culpables donde hacer descargos ni arreglos.
Opto por vestir su mejor sonrisa y guardarse cada rincón donde paso, pudo haber pasado, y quizás pase.
Volvió al ambiente y supo que tenia miedo. Sentía una fría observación omnipresente, y solo esperaba volver a sentir esa  familiaridad que caracterizaba el lugar. Frecuentar y volver, por unos instantes mas a aquello que tanto anheló.